Luis X Rangel 601 CS
El viernes pasado a los eventos que se narran, Danger Mouse, la mitad del dúo Gnarls Barkley y productor de Gorillaz, llamó a Mark Linkous, líder de Sparklehorse, para darle una buena noticia. Dark Night of the Soul, el álbum que hicieron junto al director David Lynch, finalmente vería a luz. Los problemas con la disquera EMI se acababan y el disco, terminado un año atrás, tenía fecha confirmada de salida: junio.
Al día siguiente, Linkous fue a casa de unos amigos en Knoxville. Pasada la medianoche, se retiró de la reunión, extrajo una pistola de su propiedad fue a casa de su ultimo gran amor y tras una larga discucion que comenzo via mensaje de texto se suicidó de un disparo en el corazón. Su manager, Shelby Meade, confirmó el deceso. Tenía 47 años.
En cuatro álbumes entre 1995 y 2006 y colaboraciones con personajes como Daniel Johnston y Nina Persson –The Cardigans- como productor, Sparklehorse tejió un folk rock emotivo, de tintes tan sensibles como íntimos y que, aseguraba, se debía a una pasión de infancia: The Beatles. “Escuchar sus discos cuando era pequeño me abrió los ojos y me hizo escribir canciones”, decía en una entrevista en el diario inglés The Guardian.
Nacido en 1962 y obsesionado por la música, Linkous se radicó en Los Angeles para dedicarse a las canciones. Le duró poco el encanto. No le gustó el manejo de la industria y, a los meses, volvió a su natal Virginia y formó su banda que lo hizo famoso, aunque jamás fue un artista de consumo masivo.
El solista tenía tendencia a la autodestrucción. En 1996, quiso autoeliminarse con una explosiva mezcla de Valium y antidepresivos. Casi lo logró. Tras un paro cardíaco, los médicos le salvaron la vida, pero no quedó bien: durante seis meses debió trasladarse en silla de ruedas. El intento, además, le provocó serias dolencias musculares que lo acompañaron por el resto de su vida.
Linkous había terminado de grabar su próximo disco de estudio y esperaba terminarlo durante las próximas semanas para lanzarlo durante septiembre. “La música es una energía que mueve y es lo que me hace despertar cada manaña”, había dicho en otra de sus entrevistas. Linkous se fue. En su estilo. Suicidándose con una bala en el corazón. Como si fuese el reflejo de sus propias canciones.
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